martes, 27 de diciembre de 2011

Felicidad, Paz, Armonía, Amistad, Concordia, Bienestar, Serenidad, Salud…

Quería un saludo navideño, resulta casi una endecha, para decirte que ni vencida/o debes darte por vencida/o..
El abismo entre los hombres es demasiado grande, esto desencadena en nosotros una melancolía infinita y así es como tenemos que sofocar constantemente el llamado seductor de oscuros sollozos.
Estamos en medio de la noche desamparados, solos en este mundo, a nadie podemos recurrir, para encontrar un consuelo o una respuesta a las preguntas últimas, solo nos quedan algunas cosas como la contemplación de la naturaleza, la música y la poesía, tal vez nos quede algún árbol en que apoyarnos, disfrutar de su sombra y contemplar un nuevo día, la fidelidad de alguna costumbre y sobre todo el amor, ese que es esquivo o aguarda en invisibles lugares y cuyo mensaje nos permite ver las cosas en la claridad de sus contornos.
Debemos olvidar la soledad, al menos momentáneamente, para poder enfrentar auténticamente nuestro destino; arrojemos desde los brazos el vacío del alma, viajemos a los espacios que nunca hemos ocupado y que nunca hemos respirado, de modo que hasta las aves del cielo sientan que les falta el aire y transformemos ese nuevo espacio exterior en interior hasta llegar a tener amistad con los dioses y con los pájaros que son dueños del aire, lo habitan y lo dominan y éste es el más libre de los espacios y las aves las más libres del universo; el hombre lo intuye, por ello pasa la vida deseando volar.
Contemos además con que algunas cosas nos necesitan, esto podría ayudar a darle sentido a nuestra vida; las primaveras nos necesitan, nos necesitan las palabras para que las hagamos versos, las estrellas necesitan ser percibidas, más bien exigen que se las perciba, las olas se nos acercan, la música se nos entrega, pero el hombre no siempre cumple esta misión de darle sentido a las cosas, distraído por sus expectativas y urgencias y la esperanza siempre vigente de recibir amor.
El amor aparece ligado a la palabra nostalgia que significa regreso y dolor, no podía ser de otra forma, la nostalgia y el dolor de no poder regresar a un tiempo en que se fue feliz; podríamos decir que la nostalgia es el dolor por el nosotros perdido; en todo caso se trata de un anhelo doloroso de algo que implica plenitud y que se nos ha escapado o nunca hemos tenido.
Cuando nos abrume ese sentimiento de carencia existencial que es la nostalgia hemos de recurrir a nuestro interior, que puede hacer del infierno un cielo, hemos de cantar al amor y a la vida; persistir en el amor, como lo han hecho tantos que, abandonados por su amante, continúan cantando en versos, pinturas, construcciones y música su amor no correspondido, recomenzar una y otra vez nuestro canto, lanzarnos a ello con entusiasmo incomparable; como recompensa, perduraremos hasta más allá de su ocaso, es una forma de volver a nacer, nacer cada día.


Un abrazo.

martes, 8 de noviembre de 2011

Descargar Revista AricaParinacotaXV Edición Octubre 2011

https://acrobat.com/app.html#d=Bjid5zuoyVBl-4cLAXHlWw


Andamos perdidos entre las cosas y eso que no hacemos más que perder el tiempo; son tan urgentes el refrigerador, el examen, el voto político, el baile, los hijos, el amorío, el cálculo económico, que no hay tiempo; nadie quiere perder el tiempo, quizá se deba a que no hacemos otra cosa; el sentido y la finalidad de la vida se nos escapan; siempre topamos con la inautenticidad de la vida que evita huyendo; la angustia nos agarra a causa de tener que existir asumiendo.

Revoluciòn Francesa
Las ideas son una semilla, un virus; la más pequeña semilla puede crecer y crecer hasta el infinito, hasta llegar a ser un complejo universo de construcción colectiva que traduce las interrogantes que un pueblo se hace a sí mismo en determinado momento de la historia; nuestras aspiraciones truncadas, nuestras ilusiones inútiles, nuestros temores, los arrastramos desde el comienzo de los tiempos humanos hasta que, llegado el momento, los hombres salen a las calles, dejando de lado la máscara, los lentes ahumados y los cinturones de castidad que los gobernantes y la sociedad mediática nos imponen.

No importa haber perdido las lágrimas de ayer, las tendremos nuevas y abundantes cada día

¿De donde vendrá mi socorro?

La sociedad, tal como es, ¿a quién le gusta? Debemos vivir en ella porque no nos queda otro remedio; en lugar de avanzar tanto en lo tecnológico, deberíamos pararnos y mirar atrás, mirar lo que vamos dejando a nuestra espalda, estamos destruyendo todo a nuestro paso, somos un eterno ejército de tanques con la paloma de la paz pintada en los cañones.


Si hablamos de sectas hablemos de todas, si hablamos de gurús o iluminados, hablemos de todos, si hablamos de mentiras y mentirosos empecemos hablando de los políticos, de las Iglesias y su historia sagrada, que ni es historia ni es sagrada, y tienen el coco comido a millones de personas en todo el mundo, prostituyendo el mensaje de Cristo, manipulando las mentes y las conciencias y amenazando siempre con un más allá del que no tienen ni la más puta idea.

Flor del Michay
Los Albigenses, Cátaros; el catarismo, variante del cristianismo que fue arrasada por la Inquisición en el s. XII, labor en la que destacó, en los asesinatos, un oscuro personaje llamado Domingo, hoy santo domingo para la iglesia católica, tiene su estatua de yeso, lo tienen en los altares, le rinden culto y a cambio de unas velas o unas monedas le piden favores.


[1] El catarismo es la doctrina de los cátaros o albigenses, un movimiento religioso de carácter gnóstico que se propagó por Europa Occidental a mediados del s X.



Fruto del Michay
Es muy agradable al paladar.
Son tan frágiles los fines humanos que el poder los atropella siempre y de ordinario lo hace a título de verdad; ¿Qué es la verdad?, hay una verdad que no se alcanza nunca, aunque es posible aproximarse a ella; miente el poder que dice poseerla.

Somos dicha en proyecto; luchamos frenéticamente para realizar nuestra vida proyectada; jamás alcanzamos la meta; la bienaventuranza está, al parecer, más allá de nuestras posibilidades; a esperar, pues, la lotería de la felicidad.


La mayoría de las personas están obligadas a creer en algún Dios para soportar tantas calamidades y desgracias del día a día; algunos recurren al iluminado de siempre, al progre de barbas, al Oriente, al alcohol, a las drogas para mantenerse a flote, como último recurso, el suicidio, las religiones hacen su agosto, vendiendo el camino al cielo, entre tantos seres angustiados; quiero unas copas, unas líneas ¡Ahora ya!.



Los griegos decían:
A los dioses solo puede aplicárseles la razón
A los animales la fuerza
A los hombre la razón y la fuerza
¿Es la razón de la sinrazón del escudo de Chile?

Cuando tomes una decisión, sigue tu camino y no voltees para atrás, debes mantenerte en tus trece aunque vengan degollando; por mirar  hacia atrás la mujer de Lot quedó convertida en estatua de sal.

Flor del Canelo.
El Canelo es una Magnolia, su fruto es una baya azulada.

La flor sagrada representa a la mujer y su poder de dar vida y con ello la posibilidad de renacer; es una representación de los atributos de una mujer; símbolo de belleza, inteligencia, fertilidad, misticismo, resistencia.

Nos falta humildad, porque, errores cometemos todos, la diferencia es que unos sacan de ellos enseñanza para el futuro y humildad, mientras otros solo obtienen amargura y pesimismo; las dificultades de la vida juegan, en cierta manera, a nuestro favor.


Lloramos de rabia, de ira, de coraje, de impotencia y gritamos contra cuantos fantasmas han llenado inútilmente nuestro cielo que cada cual se ha fantaseado; cada día hay más gente que de nada está segura, cada hora que transcurre hay más ciudadanía en la intemperie; se buscan profetas aunque sean falsos; nos come la irritabilidad, la hosquedad, el malhumor, quiero escapar, necesito un medicamento, unas copas, unas líneas, ¡ahora, ya! a estas alturas me conformaría con unos buenos versos, una poesía que se sostenga por sí misma.

No importa el precio: Algunos creen que es bueno ser comido por un buitre para así poder volar y contemplar desde arriba las altas cumbres.

Las madres dejan de hablar para que sus hijos hablen, dejan de caminar para que éstos caminen, dejan de comer para que sus hijos coman, antes de que comiencen a hablar se preguntan “¿Cómo irá a ser su voz?” para que una vez adultos les enrostren lo mal que los criaron y las culpen de todos sus fracasos.


Que se pudran en el infierno los que contaminaron los humedales de Valdivia y mataron, entre otros, a los cisnes de cuello negro.

Desde el amanecer hasta el atardecer, debemos optar, lo que da claras señales de nuestra ignorancia; de saberlo todo no tendríamos que hacerlo.


Fruto del Ulmo
No debe el hombre rendirse, entregarse como un voluntario en un espectáculo de magia; somos testigos de  posibilidades.


Desapeguémonos de nuestra necesidad de resultados exitosos y salgamos al camino; entreguémonos, como el saltador de cama elástica, con elegancia al sube y baja.

Los discípulos del húngaro George Lukács, unos años antes de fallecer el maestro, le felicitaron por el valor de su producción filosófica; el maestro les comentó: “No obstante no he comprendido lo más valioso”; preguntaron entonces lo alumnos “¿y qué es ello?; respondioles Lukács: “Esto es precisamente lo que ignoro”.

Nos daña el que nos descuarticen la dicha; cada cual se las arregla para dejar menos malparada su felicidad; unos soñando, otros rebelándose; antes de que nos notemos la débil dicha  hecha añicos, inventamos las mil y una para que se nos hagan más llevadera la opresión social y el desgarro del alma.

La noticia explosiva, el comentario fácil, las clásicas preguntas de los supuestos expertos, de “los que saben”, el juicio rápido, la calle, con su punto de vista influenciable, todos ellos son ingredientes, siempre los mismos, que ponen la letra pequeña a unos hechos que tienen un profundo significado y que son un reflejo de lo que es esta sociedad que nunca quiere mirar de frente sus propias miserias. De sobra es sabido que nuestra sociedad crea y potencia aquello que luego critica, juzga y desprecia.

¿No dice la Constitución que cada uno es libre de creer en lo que quiera? ¿Por qué entonces unas creencias son respetadas y otras no? Podríamos seguir haciéndonos interminables preguntas, preguntas que nadie quiere nunca hacerse, preguntas que nadie quiere nunca responder, preguntas que destapan las miserias de una sociedad, de un sistema hipócrita, intolerante, sectario, clasista, arribista, racista y, sobre todo, ignorante.

Si somos libres, tanto derecho tiene una persona a creer en un iluminado que diga que es la reencarnación de Jesucristo, como otro a creerse la falacia de que el Papa es el representante de Cristo en la tierra; pero lo segundo es cuestión de fe y lo primero es cosa de chiflados. ¿Quién decide eso? ¡TÚ!

Los hombres hemos dejado de cantar en nuestras sociedades enfermas porque las máquinas ya lo hacen en nuestro lugar y sobre todo porque el aislamiento, la especialización, la concurrencia, la rentabilidad, nos quitan las ganas y la oportunidad.

No hay que tenerle tanto miedo a la angustia con su trasfondo de nada; es preciso aprender a vivir continuamente alertados, dispuestos a plantar la tienda en otro valle; quien busca seguridad cae en la dictadura; ¿Por qué a la dificultad tenemos que encontrarle siempre una salida?; es más saludable saber que existimos en dificultad; la diosa Kali del hinduismo, crea y destruye a la vez; un buen símbolo de que el bien y el mal se encuentran indisolublemente atados.

Es preciso andar sobre aviso incesantemente para no caer en alguna trampa; las soluciones fáciles aparecen porque le tememos al desamparo de no tener respuestas seguras; entonces nos agarramos al fanatismo.



Canto, llanto, soledad,
esperanza, esperanza, esperanza…


Huet Huet, en peligro de extinción

 Será el ave responsable que con el Ave Mariposa de Neruda, el Quetzal ave sagrada de los Mayas, el Cóndor ave sagrada de los Incas, el Tretricahue ave sagrada de los Mapuches y el Colibrí como guía y coordinador de los enviados a las altas cumbres para hablar con Dios y antes de cuarenta días y cuarenta noches bajen de las montañas, con la majestad de Moisés, trayendo en la caja de Pandora, además de la esperanza, el Mandamiento N° 11.
“Deben ser destruidas: la política, la religión, el egoísmo, la avaricia, la envidia, y el racismo”.
Firmado: Honorable Señor Dios.
Nota: Mandamiento aprobado con el voto en contra del Honorable Señor Diablo.
Es mi personal “Delenda est”, tomado de  Catón el Viejo[1]

[1] Marco Poncio Catón, 234-194 a C. político, escritor, censor  y militar romano,  apodado Catón el Viejo, terminaba todos sus discursos con la frase: ”Delenda est Cartago”, -Cartago debe ser destruida.

.


sábado, 6 de agosto de 2011

León Danilo, Arica, Chile

NO CONSUMADO


     Evy, mi prometida, bella, joven, alegre, graciosa, inteligente, estudiosa, trabajadora, adinerada, sabe cocinar, metódica y ordenada, es un caramelo; dice que es virgen, casi perfecta, habla; de todas maneras nos casaremos.
     La ceremonia del matrimonio fue hermosa, hasta la tía agria y su marido gruñón se mostraron simpáticos y agradables, los regalos abundantes; la bolsa de donaciones, generosa, pese a los que metieron la mano para sacar en vez de donar.
     Magnífica fiesta.
     ¡Luna de miel!
     Viaje en barco, hotel junto al mar.
     Noche de bodas; al entrar, con ella en brazos al dormitorio matrimonial me envolvía su aroma cálido y acogedor, su rostro junto al mío, su cabello perfumado huele a cielo, sus senos prometedores cerca de mi rostro, no sentía su peso, aligeré el paso, tropecé con la alfombra, desperté.

sábado, 30 de julio de 2011

Destacada participación de escritor sureño afincado en Arica

León Danilo

Escritor sureño, residente durante muchos años en La Serena, miembro de la Sociedad de Escritores de Chile, SECH; socio del Círculo Literario Carlos Mondaca Cortés de La Serena. Se trasladó a nuestra ciudad de Arica  por razones laborales y se ha constituido en um comprometido integrante de La SECH- Arica y de la Sociedad Literaria Artes y Letras de Arica con una destacada participación en la Jornada cultural binacional “La tradición y los grandes autores unen a los pueblos, donde ofició de locutor en los dos eventos: Lanzamiento del libro “Arica y Parinacota , ruta de leyendas" en el marco del 470º Aniversario de la fundación de la ciudad de Arica y en el programa de Lectura de excelencia: Vallejo, Mistral, Vargas Llosa y Galaz, que se realizó para festejar El dia del libro y del derecho de autor. Su contribución a la obra  consistió en unas palabras preliminares sobre mitos Y leyendas :

CONCERNIENTE A MITOS Y LEYENDAS.
                                        León Danilo 
“No hay islas vírgenes que conquistar para mí en el terreno del lenguaje”[1].

Para referirme a Mitos y Leyendas debo abordar algo que me parece real e indesmentible: al final, el ser humano resulta ser siempre un animal agónico. No acabamos de reconocer nuestros deseos inconfesados, nuestros rechazos involuntarios, nuestro mundo reprimido, repleto de humillaciones, ansiedades y zozobras. Tiramos adelante con nuestra biografía, llenos, siempre, de fantasmas.

Los fantasmas que nos atemorizan individualmente se hacen presentes, y de forma notoria, en el origen de los grandes mitos y leyendas de la humanidad, en ellos hemos dejado develados nuestros temores y fracasos substanciales y colectivos.

La inevitabilidad de la muerte y la búsqueda de la inmortalidad, han sido sin lugar a dudas una de las fuentes de interrogantes esenciales del ser humano. Nadie quiere Viernes Santo. Nos gustaría vivir en constante vigilia de Pascua de Resurrección, pero fatalmente terminamos mal; buscamos salidas al drama de la muerte que nos hemos creado; y las encontramos en mitos y leyendas: en “El Aleph”, de Jorge Luis Borges, en el cuento “El Inmortal” encontramos el testimonio de un hombre  que habla de un río que “purifica de la muerte” y la existencia de una ciudad habitada por inmortales; hasta aquí debería quedar el cuento. Al seguir leyendo se nos derrite la esperanza: ese testimonio es el detonante para que alguien más se decida a encontrar la ciudad de los inmortales; el que sale a buscar es un soldado romano; en Roma se le advierte: “Dilatar la vida de los hombres es dilatar su agonía y multiplicar el número de sus muertes”; adiós ilusión.

La “Epopeya de Gilgamesh”[2], poema épico de origen sumerio del siglo XVII a.de.C. encuentra en Babilonia una versión más elaborada del mismo  en el siglo VII antes de Cristo. Los temas graves están en él. Ante el cadáver de su amigo, Enkidu, Gilgamesh toma conciencia de la triste condición humana y decide buscar la inmortalidad. Encuentra en el fondo de las aguas la planta que le hará inmortal, pero acto seguido se la roba la serpiente; morirá; no hay final feliz. Igual sucede en la eterna historia del hombre que vende su alma al Diablo para recuperar la juventud, no hay final feliz, nunca lo habrá.

Parece imposible, no podemos concebir un pueblo sin su mitología, sea por la invención de uno solo, sea por una producción colectiva engendrada por una especie de instinto.

Por otro lado, nuestros saberes no alcanzan para explicar analogías tan estrechas entre los universos mitológicos de pueblos de regiones tan diversas y distantes en la geografía terrestre. El mito de la Creación, el Diluvio Universal, la búsqueda de la inmortalidad toman diferentes formas según las culturas, lugares y épocas. Los encontramos una y otra vez en apartadas regiones del planeta, en sociedades que, al parecer, nunca tuvieron contacto, como si fueran relatos de intertextualidad.

El Mito es una narración que, desde un lenguaje simbólico, recupera los orígenes del mundo en su inicial creación. Así, el mito alude generalmente al nacimiento del universo o al tema de cómo fueron creados los seres humanos y animales, o cómo se originaron las creencias, los ritos y las formas de vida de un pueblo.

El tiempo mitológico, implica un tiempo fuera del tiempo, que circula en forma cíclica. Esto significa que la historia vuelve a repetirse una y otra vez porque es un acontecimiento concreto el que lo pone en  funcionamiento para que la creación comience nuevamente.

La mitología es un complejo universo de construcción colectiva que traduce los interrogantes que un pueblo se hace a sí mismo en un determinado momento de la historia. La fascinación que despiertan hoy en día este tipo de relatos sobrevive intacta: basta ver los productos de la industria cultural inspirados en tradiciones celtas, como las sagas cinematográficas de "El Señor de los anillos", "Las Crónicas de Narnia" o el taquillero "Harry Potter"; los héroes superpoderosos como Superman o Batman, que recuerdan las increíbles hazañas de algunos protagonistas de la mitología grecorromana; incuso ciertos productos de tradición oriental  como la sofisticada galería de personajes fantásticos que suele predominar en el animé japonés.

La palabra mito deriva del griego mythos, que significa palabra o historia. Un mito tendrá un significado diferente para el creyente, para el antropólogo, o para el filólogo; esa es precisamente una de las funciones del mito: consagrar la ambigüedad y la contradicción.

Las leyendas también hablan de nuestra condición despavorida y “esperante”. Un monstruo que es necesario matar  para penetrar en el lugar prohibido y sugestionador, la princesa encantada que se halla en un lago sin fondo dentro de un castillo resguardado por hidras, serpientes y dragones. Alguien debe arriesgar su vida para rescatarla; la búsqueda de la vida inmortal que siempre escapa.

La leyenda, a diferencia del mito, es una narración o colección de narraciones relacionadas entre sí de hechos reales y de ficción. La palabra leyenda procede del latín medieval “legenda” y significa “lo que ha de ser leído”.

Este tipo de historia no pretende explicar lo sobrenatural. Es un relato que,  hace resaltar algún atributo o característica de un pueblo, región o ciudad. No pretende explicar nada, sino relatar un suceso, muchas veces tiene un fin moralizante y didáctico; si bien transcurre en un tiempo histórico reconocible, la leyenda se diferencia de la historia porque, nadie puede probar que todo lo narrado en una leyenda haya ocurrido realmente.

El permanente interés del ser humano por los mitos y leyendas va más allá de lo literario, lo estético o incluso su aspecto lúdico: puede promover climas de reflexión en los ámbitos más diversos.
En resumen, el mito y la leyenda subsisten a través de sus diferentes máscaras, como una ventana hacia lo simbólico, una suerte de puente necesario que conecta al hombre con el universo, a la razón con la intuición. Configuran universos en la sinuosa frontera en la que se confunde lo sagrado y lo profano, emanando la misteriosa energía de los que la imaginaron y de los que la siguen irradiando por todo el planeta.


[1] “El Tema de Nuestro Tiempo”, José Ortega y Gasset, 1883-1955, filósofo y ensayista español.
[2] Poema de Gilgamesh, importante obra literaria sumeria, escrita en caracteres cuneiformes sobre doce tablillas o cantos de arcilla alrededor del año 2000 A.C.