Revoluciòn Francesa |
Las ideas son una semilla, un virus; la más pequeña semilla puede crecer y crecer hasta el infinito, hasta llegar a ser un complejo universo de construcción colectiva que traduce las interrogantes que un pueblo se hace a sí mismo en determinado momento de la historia; nuestras aspiraciones truncadas, nuestras ilusiones inútiles, nuestros temores, los arrastramos desde el comienzo de los tiempos humanos hasta que, llegado el momento, los hombres salen a las calles, dejando de lado la máscara, los lentes ahumados y los cinturones de castidad que los gobernantes y la sociedad mediática nos imponen.
No importa haber perdido las lágrimas de ayer, las tendremos nuevas y abundantes cada día
¿De donde vendrá mi socorro?
La sociedad, tal como es, ¿a quién le gusta? Debemos vivir en ella porque no nos queda otro remedio; en lugar de avanzar tanto en lo tecnológico, deberíamos pararnos y mirar atrás, mirar lo que vamos dejando a nuestra espalda, estamos destruyendo todo a nuestro paso, somos un eterno ejército de tanques con la paloma de la paz pintada en los cañones.
Si hablamos de sectas hablemos de todas, si hablamos de gurús o iluminados, hablemos de todos, si hablamos de mentiras y mentirosos empecemos hablando de los políticos, de las Iglesias y su historia sagrada, que ni es historia ni es sagrada, y tienen el coco comido a millones de personas en todo el mundo, prostituyendo el mensaje de Cristo, manipulando las mentes y las conciencias y amenazando siempre con un más allá del que no tienen ni la más puta idea.
Flor del Michay |
Los Albigenses, Cátaros; el catarismo, variante del cristianismo que fue arrasada por la Inquisición en el s. XII, labor en la que destacó, en los asesinatos, un oscuro personaje llamado Domingo, hoy santo domingo para la iglesia católica, tiene su estatua de yeso, lo tienen en los altares, le rinden culto y a cambio de unas velas o unas monedas le piden favores.
[1] El catarismo es la doctrina de los cátaros o albigenses, un movimiento religioso de carácter gnóstico que se propagó por Europa Occidental a mediados del s X.
Fruto del Michay Es muy agradable al paladar. |
Son tan frágiles los fines humanos que el poder los atropella siempre y de ordinario lo hace a título de verdad; ¿Qué es la verdad?, hay una verdad que no se alcanza nunca, aunque es posible aproximarse a ella; miente el poder que dice poseerla.
Somos dicha en proyecto; luchamos frenéticamente para realizar nuestra vida proyectada; jamás alcanzamos la meta; la bienaventuranza está, al parecer, más allá de nuestras posibilidades; a esperar, pues, la lotería de la felicidad.
La mayoría de las personas están obligadas a creer en algún Dios para soportar tantas calamidades y desgracias del día a día; algunos recurren al iluminado de siempre, al progre de barbas, al Oriente, al alcohol, a las drogas para mantenerse a flote, como último recurso, el suicidio, las religiones hacen su agosto, vendiendo el camino al cielo, entre tantos seres angustiados; quiero unas copas, unas líneas ¡Ahora ya!.
Los griegos decían:
A los dioses solo puede aplicárseles la razón
A los animales la fuerza
A los hombre la razón y la fuerza
¿Es la razón de la sinrazón del escudo de Chile?
Cuando tomes una decisión, sigue tu camino y no voltees para atrás, debes mantenerte en tus trece aunque vengan degollando; por mirar hacia atrás la mujer de Lot quedó convertida en estatua de sal.
Las madres dejan de hablar para que sus hijos hablen, dejan de caminar para que éstos caminen, dejan de comer para que sus hijos coman, antes de que comiencen a hablar se preguntan “¿Cómo irá a ser su voz?” para que una vez adultos les enrostren lo mal que los criaron y las culpen de todos sus fracasos.
Que se pudran en el infierno los que contaminaron los humedales de Valdivia y mataron, entre otros, a los cisnes de cuello negro.
Desde el amanecer hasta el atardecer, debemos optar, lo que da claras señales de nuestra ignorancia; de saberlo todo no tendríamos que hacerlo.
Fruto del Ulmo |
No debe el hombre rendirse, entregarse como un voluntario en un espectáculo de magia; somos testigos de posibilidades.
Desapeguémonos de nuestra necesidad de resultados exitosos y salgamos al camino; entreguémonos, como el saltador de cama elástica, con elegancia al sube y baja.
Los discípulos del húngaro George Lukács, unos años antes de fallecer el maestro, le felicitaron por el valor de su producción filosófica; el maestro les comentó: “No obstante no he comprendido lo más valioso”; preguntaron entonces lo alumnos “¿y qué es ello?; respondioles Lukács: “Esto es precisamente lo que ignoro”.
Nos daña el que nos descuarticen la dicha; cada cual se las arregla para dejar menos malparada su felicidad; unos soñando, otros rebelándose; antes de que nos notemos la débil dicha hecha añicos, inventamos las mil y una para que se nos hagan más llevadera la opresión social y el desgarro del alma.
La noticia explosiva, el comentario fácil, las clásicas preguntas de los supuestos expertos, de “los que saben”, el juicio rápido, la calle, con su punto de vista influenciable, todos ellos son ingredientes, siempre los mismos, que ponen la letra pequeña a unos hechos que tienen un profundo significado y que son un reflejo de lo que es esta sociedad que nunca quiere mirar de frente sus propias miserias. De sobra es sabido que nuestra sociedad crea y potencia aquello que luego critica, juzga y desprecia.
¿No dice la Constitución que cada uno es libre de creer en lo que quiera? ¿Por qué entonces unas creencias son respetadas y otras no? Podríamos seguir haciéndonos interminables preguntas, preguntas que nadie quiere nunca hacerse, preguntas que nadie quiere nunca responder, preguntas que destapan las miserias de una sociedad, de un sistema hipócrita, intolerante, sectario, clasista, arribista, racista y, sobre todo, ignorante.
Si somos libres, tanto derecho tiene una persona a creer en un iluminado que diga que es la reencarnación de Jesucristo, como otro a creerse la falacia de que el Papa es el representante de Cristo en la tierra; pero lo segundo es cuestión de fe y lo primero es cosa de chiflados. ¿Quién decide eso? ¡TÚ!
Los hombres hemos dejado de cantar en nuestras sociedades enfermas porque las máquinas ya lo hacen en nuestro lugar y sobre todo porque el aislamiento, la especialización, la concurrencia, la rentabilidad, nos quitan las ganas y la oportunidad.
No hay que tenerle tanto miedo a la angustia con su trasfondo de nada; es preciso aprender a vivir continuamente alertados, dispuestos a plantar la tienda en otro valle; quien busca seguridad cae en la dictadura; ¿Por qué a la dificultad tenemos que encontrarle siempre una salida?; es más saludable saber que existimos en dificultad; la diosa Kali del hinduismo, crea y destruye a la vez; un buen símbolo de que el bien y el mal se encuentran indisolublemente atados.
Es preciso andar sobre aviso incesantemente para no caer en alguna trampa; las soluciones fáciles aparecen porque le tememos al desamparo de no tener respuestas seguras; entonces nos agarramos al fanatismo.
Canto, llanto, soledad,
esperanza, esperanza, esperanza…
Huet Huet, en peligro de extinción
“Deben ser destruidas: la política, la religión, el egoísmo, la avaricia, la envidia, y el racismo”.
Firmado: Honorable Señor Dios.
Nota: Mandamiento aprobado con el voto en contra del Honorable Señor Diablo.
Es mi personal “Delenda est”, tomado de Catón el Viejo[1]
[1] Marco Poncio Catón, 234-194 a C. político, escritor, censor y militar romano, apodado Catón el Viejo, terminaba todos sus discursos con la frase: ”Delenda est Cartago”, -Cartago debe ser destruida.
Los felicito ! una muy buena y extraordinaria
ResponderEliminarpublicación...hay que difundirla !!!